Barcelona. Memoria de retaguardia reconstruye la vida de los barceloneses durante la Guerra Civil (1936-1939). El lector vivirá, a través de una historia trepidante, el fracasado golpe militar en la Ciudad Condal, la llegada al poder de los anarcosindicalistas, los abusos de poder, los asesinatos, las crueldades, la persecución de los enemigos de la revolución, las luchas internas entre fuerzas políticas, la connivencia de la Generalitat con los abusos de los milicianos, en un poder compartido, la caída de Barcelona tomada por las tropas franquistas y un sorprendente desenlace para el protagonista. Este es un oficial leal a la República integrado en los servicios de información militares, que tendrá que vivir peligrosas situaciones con el objetivo de salvar vidas de inocentes y rendir información al ministerio directamente, ya que Companys aprovechó la debilidad del Gobierno de la nación al principio de la guerra, para establecer una casi independencia de hecho. Asaltará checas, se enfrentará a las patrullas de control, la nueva policía política, autora de miles de asesinatos de personas contrarias o que no simpatizaban con la revolución proletaria. La colaboración de un miembro de la CNT-FAI, que empezará siendo un confidente y acabará convirtiéndose en su gran amigo, será vital para su arriesgada y benefactora labor. Los amores prohibidos del oficial influirán de forma decisiva a lo largo de esta historia.
Julián Delgado nació durante la guerra, vivió en Madrid hasta 1957 e ingresó en la Academia General Militar. Estuvo cuatro años en la Legión, en el Sahara; en 1966 fue destinado a la Policía Armada de Barcelona, donde compatibilizó su trabajo con el estudio de las carreras de Psicología y Derecho. El contacto con la universidad y la sociedad barcelonesa marca su evolución de forma decisiva. En agosto de 1975 se le separa del servicio por habérsele descubierto actividades políticas relacionadas con la Unión Militar Democrática, de la que fue uno de sus fundadores y dirigentes. Le abrieron un expediente disciplinario y sufrió un tribunal de honor. La democracia le rehabilitó, se reincorporó a la Policía Nacional y fue voluntario en el País Vasco en los años 1978-79. En 1982 fue nombrado jefe de la Guardia Urbana de Barcelona. Esta obra es su noveno libro no técnico.