En la actualidad, resido en Rammingen, un pueblito de Baviera, Alemania. Tengo 48 años, aunque nadie lo diría…, me echan más. Estoy casado y tengo unos mellizos que, hasta hace poco, no me dejaban pegar ojo. Nací en La Seu d´Urgell, me crié en sus calles, que era donde antes nos criábamos los niños, jugando a fútbol, a canicas, a guerras de nieve…, aún recuerdo cómo dolían las manos cuando volvíamos de la batalla y las poníamos al lado de la estufa para calentarlas. He trabajado de muchas cosas: manobra, en una gravera, camionero, conductor de autobuses…, entretanto, conseguí sacarme la carrera de Filosofía. En uno de mis viajes como conductor de autobús, conocí a la que sería mi mujer. Ella se fue a Alemania para acabar el doctorado en Biología y yo me fui con ella. Aquí también me duelen las manos cuando las pongo al lado de la estufa.
Al llegar a Alemania, nos instalamos en Múnich y lo primero que tuve que hacer fue estudiar el idioma. Decir que es difícil es quedarse corto, más si se tiene en cuenta que, aquí en Baviera, cada región tiene su propio dialecto. Mientras estudiaba el alemán, repartía periódicos por las noches, así que, ahora que lo pienso, lo de no pegar ojo viene de antes de que nacieran mis hijos. Vivimos tres años en Múnich y luego, nos mudamos a Greifenberg donde escribí mi primer libro El Arca del dragón. Después volvimos a mover los muebles y nos fuimos a Rammingen, donde acabé mi segunda novela, publicada con Adarve, Juan Valera, la espada de Dios. Ahora trabajo en una Brauerei (fábrica de cerveza). Escribo por las noches, perpetuando lo de dormir poco, que ya se va convirtiendo en tradición y que me ha permitido terminar mi tercera novela Juan Valera contra la Profecía, de próxima aparición.
Aficiones: Mis aficiones se resumen en: salir en bici cuando puedo, hacer barbacoas con los amigos y la familia, y una, que más que afición puede considerarse vicio, pues lo hago cuando puedo y cuando no, escribir.
Rasgo más sobresaliente de tu personalidad: Dicen en Cregenzán, el pueblo de mi madre: «Dime de qué presumes y te diré de qué careces». Así que solo diré que me encantan los perros, envidio a los gatos, tolero a los ratones (siempre que no sean coloraos) y no soporto a las ratas.
Cuéntanos por qué decidiste ser escritor: Es como un run-run que va creciendo, que primero te hace coger una libreta y esbozar pequeñas ideas, luego, al salir de casa, tienes que asegurarte de que llevas la libreta y tres bolígrafos por si dos de ellos no escriben. Pero el run-run no cesa y necesitas dar forma a esas primeras ideas, vestirlas, nombrarlas, situarlas, crearles un mundo donde puedan vivir y encajar. Empiezas a llenar hojas y ya no hay vuelta atrás. No decides ser escritor, sino que lo necesitas.
Más de una vez me expulsaron de clase en el instituto porque estaba escribiendo en una de esas libretas que ya se han perdido o tiré por vergüenza. Creo que a los profesores no les gustaba que no escuchara lo que explicaban, ni que me no me diera por aludido cuando me preguntaban, pero es que estaba en otros mundos…
Autores preferidos y por qué: Milan Kundera porque rebusca en el ser hasta llegar al meollo del hueso. J.R.R.Tolkien porque creó un mundo donde me he podido imaginar estar viviendo. Benito Pérez Galdós porque utiliza el lenguaje de forma magistral, la ironía de manera sublime y es genial haciendo que sintamos lo que sienten sus personajes.
Intento, sin conseguirlo, está de más decirlo, aprovechar lo que ellos nos enseñaron.
Tu obra favorita de otro autor: Mi obra favorita es La isla del tesoro, de Stevenson. Tuve la suerte de que fuera la primera novela que leí y me dejó una marca (en este caso no era negra) que haga que la recuerde con un cariño especial y vuelva a ella recurrentemente. Para que luego digan que el amor eterno no existe…
Tu obra favorita de las que has escrito: De las que he escrito, mi favorita es Juan Valera contra la Profecía, que también es la última y creo que la mejor escrita o eso espero, pues siempre intento mejorar.
Tu estilo literario: El género literario sería: novela fantástica o, más correctamente, con trazos de fantasía, porque no abundan, aunque son importantes. Es un género que me gusta porque me permite aunar los estilos de los tres escritores que he mencionado con anterioridad (Kundera, Tolkien, Galdós). Me siento cómodo en él, pues la imaginación puede campar a sus anchas, tanto que a veces me cuesta retenerla, aunque, por lo general, lo consigo.
Una cita de un autor que te guste: «No extrañéis, dulces amigos que esté mi frente arrugada; yo vivo en paz con los hombres y en guerra con mis entrañas», de Antonio Machado.
Obra en la que te encuentras trabajando en la actualidad: Estoy empezando a trabajar en una novela donde los sueños premonitorios, las visiones y las intuiciones se entrecruzan con la realidad y nos llevarán a vivir un sinfín de aventuras, y todo sucede fuera de la Tierra.
Algo sobre tu manera de entender este mundo: Lo más fácil y, posiblemente, lo más cierto, es que no lo entiendo. No entiendo por qué hay niños que se mueren de hambre y por no tener acceso a medicamentos, por qué la buena y la mala conciencia van tan por barrios y tan por momentos. No entiendo cuándo ni quién decidió que la libertad, la igualdad, la dignidad, la equidad y el valor de una persona dependan de dónde has nacido y qué presupuesto te avala.
O, quizás, sí que lo entiendo, pues «Soy un hombre, nada humano me es ajeno» (Publio Terencio Africano), y eso es lo que más apena. Quizás todo se base en la obtención/conservación de recursos y para que funcione nos hemos tenido que alejar, como civilización) de las ideas de cooperación y apoyo mutuo (aunque en lo individual sí que funcionan). Nos identificamos con entes como territorio, patria, nación, raza, etc., que hacen que veamos a los demás (al otro) como amenaza, como enemigo y a los que, supuestamente, pertenecen a nuestro grupo como amigos. Evidentemente, que las relaciones son móviles y nunca estancas.
Tus proyectos inmediatos: Acabo de corregir Juan Valera contra la Profecía, ese es el proyecto que está a punto de ver la luz y espero que guste. En lo personal, seguir escribiendo, que es lo que me apasiona, disfrutar de la familia, que es lo que más me llena, y empezar a refrescar mis clases de Historia, Matemáticas y demás, pues veo que he olvidado muchas cosas y me gustaría estar a la altura cuando mis niños me pregunten, no es cuestión de darles gato por liebre…