Es esta una trepidante obra coral donde el autor, en plena madurez creativa, ha sabido conjugar un retazo oscuro de la Historia de España con los sentimientos más rotundos, con los miedos y pasiones de varios personajes que tuvieron que transitar la retaguardia de la guerra civil española en un ambiente de incertidumbre y violencia. En un clima de terror y barbarie, a fin de evitar acciones represivas de carácter político y librar de los efectos colaterales de la guerra a la población más indefensa, el gobierno republicano tomó la decisión de alejarlos del frente bélico. Entre ellos se encontraba el colectivo de los llamados «niños de la guerra». Uno de ellos, en estado de shock emocional tras haber presenciado la muerte violenta de su familia, tuvo además que vivir la muerte de frente en varias ocasiones. En el transcurso de su periplo por distintos puntos de la retaguardia, termina, finalmente, refugiado en Toulouse, Francia. Años más tarde, su regreso del exilio lo afronta como hijo de perdedor y, aún peor, sin ningún tipo de documento identificativo. Todo ello le obliga a transitar gran parte de su vida entre la nebulosa del anonimato. Sin familia reconocida, sin identidad, sin pasado y con un futuro bastante incierto, tiene que reinventarse en el convencimiento de que ninguna noche, por larga que fuera, podría ser infinita.
Pascual Fernández Espín nace en Bullas, Murcia, hace bastante tiempo. Durante gran parte de su vida trabaja en una multinacional de las telecomunicaciones. En la actualidad, es colaborador habitual de prensa, radio y televisión; donde sus aportaciones pasan de los ochocientos artículos de actualidad o investigación. La literatura es, junto con su familia, el alma mater de su eje existencial. Es autor de obras como Salto Lucero; En pastel ajeno; Testimonios de una tragedia; Con el otoño a cuestas; Bulerías, Tal y como lo escuché; Con el peso del recuerdo; Siega y viento.