Estudió Educación Ambiental, pero desde los dieciséis años su sueño ha sido dedicarse a escribir novelas de fantasía. La Senda del Cobarde es la primera novela de una trilogía, Las Tres Sendas. Sus personajes imperfectos intentan sobrevivir en un mundo turbulento que nunca les pondrá las cosas fáciles. Sus autores de referencia son Joe Abercrombie, R.F. Kuang y Ken Liu, a quienes admira muchísimo. Cuando no está en babia pensando en sus mundos imaginarios al autor le gusta dedicar su tiempo libre a leer, dibujar, hacer senderismo, jugar a rol o filosofar hasta altas horas de la noche con sus amigos más cercanos.

Soy Marc, un joven escritor de 27 años que vive en Barcelona.
Cuando tenía 16 años empecé a escribir mis propias historias y pronto descubrí que este nuevo hobby iba a convertirse en aquello a lo que quería dedicarme el resto de mi vida. Diez años después he publicado mi primera novela, lo que para mí es un paso gigantesco, pero aún queda mucho trecho por recorrer.
Estudié Educación Ambiental y Gestión Forestal, aunque durante buena parte de mi vida estaba convencido de que me dedicaría a la veterinaria. Actualmente trabajo como educador ambiental y aprovecho mi tiempo libre para seguir escribiendo.
Leo desde siempre, y sigo devorando libros uno tras otro. También me encanta dibujar, para mí casi es como respirar. Me gustan los videojuegos de estrategia, soy Dungeon Master de una campaña de rol con amigos, hago natación y cuando puedo salgo a hacer senderismo.
Siempre fui un niño muy callado y observador. Me costaba mucho relacionarme con los demás, era extremadamente tímido, así que estaba en mi mundo. Siempre he tenido mucha imaginación y supongo que nunca he sentido que termine de encajar en ningún sitio. Mi familia bromea que he nacido en una época equivocada, y puede que tengan razón.
A día de hoy sigo siendo reservado y prefiero escuchar a los demás antes que hablar, pero en cuanto cojo confianza se me va toda la vergüenza y muestro mi lado más payaso y desenfadado.
Empecé a escribir porque a los 16 años me planteé la siguiente pregunta: “¿Por qué no intento escribir mis propias historias?”
Al principio no me planteé que quería dedicarme al mundo de la escritura. Colgaba capítulos de historietas en un foro de internet, la gente lo leía y de vez en cuando lo comentaba. Era divertido y me motivaba a seguir escribiendo. Se había convertido en un pasatiempo fascinante con el que se me pasaban las horas volando. Años después y tras muchas historias sin acabar, me di cuenta: la escritura se había convertido en una parte de mí, la necesitaba al igual que necesitaba dibujar. Fue entonces cuando me marqué el objetivo de convertirme autor de novelas.
Dediqué casi tres años de mi vida en escribir de principio a fin la que ha sido mi primera obra, La Senda del Cobarde, pero no fue hasta que tuve el libro físico en las manos que comprendí lo que había logrado. Ya no era sólo un chaval que escribía historias. Ahora era un escritor.
Mi autor favorito y referente es Joe Abercrombie, conocido como Lord Grimdark. En bachillerato compré uno de sus libros sin saber nada de él y me enamoró la manera que tenía de construir personajes, diálogos y escenas. Soy de los que piensan que una historia mala con personajes inolvidables siempre serán una buena historia. La trama de la novela era buena, pero a mí se me quedaron grabados a fuego su protagonista Yarvi y el resto del elenco. Creo que en poco más de un mes ya había devorado todas las novelas de Abercrombie, y sentía que necesitaba más.
Joe escribe fantasía Grimdark, un subgénero que explora la naturaleza humana en mundos fantásticos decadentes, en los que la magia es casi terciara, los conflictos son espejos de nuestra realidad y los personajes son moralmente grises. Este cinismo e ironía en una historia de ficción fue como un soplo de aire fresco para mí, y cuando empecé a escribir quise reflejar mis propias preocupaciones y pensamientos del mundo actual, que es injusto, sucio y doloroso. Me inspiré mucho en Abercrombie, aunque poco a poco fui encontrando mi propia voz de escritor.

Mis otros autores favoritos son R. F. Kuang y Ken Liu. Los descubrí más tarde y por tanto no los tuve de referencia al trabajar en mi primera novela, pero a día de hoy los tengo muy presentes y creo que también me están ayudando a seguir dándole forma a la manera que quiero contar mis historias.
Dejando de lado a estos tres autores, creo que la obra más impresionante que he leído nunca es It, de Stephen King. Es una obra larga, pero una vez te zambulles en las cloacas de Derry ya no quieres volver a emerger. Una historia gigantesca que habla de nosotros, de lo peor y lo mejor del ser humano. Un casting de personajes entrañable que viven el peor y el mejor verano de sus vidas. Una amenaza escalofriante que parece invencible y siempre regresa para seguir cobrándose sus víctimas, pero llega un momento en el que te preguntas por qué apareció en primer lugar; si dejáramos a un lado el odio y los prejuicios, el mal no tendría razón de existir. Creo que todo el mundo debe leer esta novela al menos una vez en la vida. No hay nada igual.

La Senda del Cobarde es mi primera obra publicada. Estoy orgulloso de ella, pero sé que podría ser mucho mejor de lo que es. Y esto me motiva para seguir mejorando y convertirme en el mejor escritor que pueda llegar a ser.
Mi estilo literario es el género fantástico Grimdark, que como he mencionado antes refleja lo peor de nuestra realidad a través de las desventuras de sus personajes, que siempre oscilan entre lo correcto, lo incorrecto y lo que les ayuda a sobrevivir, aunque tenga que ser a costa de los demás. Creo que este género es perfecto para explorar personajes y conflictos muy humanos en mundos fantásticos. Y por eso me tiene encandilado.
Actualmente estoy trabajando en la secuela de mi novela, con el título provisional de La Senda de la Bastarda. Si todo va como debe, en cuanto la termine me lanzaré de cabeza hacia la tercera novela, que cerrará la trilogía. Tengo empezado un proyecto de guion de TV y me estoy planteando pasar una temporada en Nueva Zelanda. Veremos qué nos depara el futuro.
Una cita de un autor que me gusta es:
«Los necios se jactan de lo que harán. Los héroes lo hacen». Reina Laithlin, Medio Mundo.
Mi forma de ver el mundo: El mundo es un lugar extraño, confuso y que casi siempre da miedo. Vadeamos como podemos en busca de algo a lo que agarrarnos para mantenernos a flote y seguir respirando. Y son aquellos que conocemos por el camino los que nos apoyan y nos ayudan a que todo sea un poco más llevadero, aunque no estén siempre a nuestro lado. Creo que todos estamos solos y que pasamos demasiado tiempo buscando la felicidad; ésta llega a sorbos y debemos apreciarla como merece. La vida es un cúmulo de sorpresas, decepciones, arrepentimientos y alegrías. Son etapas, como capítulos de una historia, y no hay que tener prisa para querer llegar al último párrafo. No hay que tener prisa, pues si se es constante, las cosas se acaban consiguiendo.
Hace unos años pensaba que todo era negro y siempre veía el vaso medio vacío. Pero entonces aprendí a no obsesionarme con todo, comprendí que las cosas ocurren y casi nunca somos capaces de prevenirlas. La vida puede ser una cabrona, por supuesto. Pero mientras existan las historias, siempre merecerá la pena vivirla.