Nací entre dos mundos: la ciudad, costera y humilde, de la gente de mar y Madrid. Escribí mi primer poema a los 10 años y siempre tuve inquietud por la lectura de todo género. Me apasioné por la poesía ante la dificultad de convertir en papel los sentimientos y emociones que pueden abarcar una vida entera. En mi época de estudiante tuve la suerte de trabajar en una librería del barrio del Pilar, devorando libros sin cesar, lo que me sirvió para enamorarme aún más de la poesía y literatura. Años después recuperé la poesía, como quien recupera un primer amor, y volví a escribir poemas como los que contiene el poemario que aquí se presenta.

Donde resides, tu edad, tus estado civil:

Vivo frente a una playa llamada Bastiagueiro , en el municipio de Oleiros a unos pocos kilómetros de La Coruña , estoy divorciado y tengo dos hijos preciosos ; Marcos y Miriam.

El primer café de la mañana es mirando al mar , después de 49 años que es la edad que tengo,

No me imagino una forma mejor de empezar el día .

Reseña biográfica informal:

Nací en A Coruña, donde pasé mi infancia entre brisas atlánticas y cielos que cambiaban de humor cada cinco minutos. Pero a los diez años hice las maletas (bueno, las hizo mi familia) y cambié el mar por el asfalto: Madrid, la ciudad de mi padre, me recibió con olor a churros, porras y patatas fritas. Madrid era perderse en sus calles, camuflarse en el metro, descubrir rincones mágicos y entender que cada barrio tenía su propia personalidad, como personajes de una novela.

A los 11 años escribí mi primer texto, seguramente una historia épica de dragones o aventuras imposibles. Más tarde, mientras compaginaba mis estudios con un trabajo en una pequeña librería del Barrio del Pilar, me entregué a la lectura con la voracidad de quien descubre un tesoro. Ahí, entre estanterías repletas de historias, empezó a germinar el escritor que más tarde despertaría.

Mi carrera profesional tomó otro rumbo: el mundo comercial y el marketing, donde las historias también importan, pero se cuentan de otra forma. Gracias a ello, he viajado, he conocido gente increíble y he aprendido que, en el fondo, vender no es más que encontrar las palabras adecuadas para conectar con los demás.

Hoy sigo disfrutando de la vida con la curiosidad intacta, siempre buscando nuevos relatos que contar y experiencias que vivir. Porque, al final, la mejor historia es la que aún está por escribirse.

Aficiones:

Desde pequeño he tenido una energía desbordante, como si me hubieran dado café en biberón. Necesitaba canalizarla de alguna manera, así que el atletismo fue mi vía de escape. Nada como correr para poner las ideas en orden (o desordenarlas más, depende del día). La otra forma de equilibrar mi hiperactividad fue la lectura, porque si no puedes vivir mil vidas a la vez, al menos puedes leerlas.

Siempre me ha fascinado entender el mundo y a las personas que lo habitan. Por eso, la psicología y la filosofía se colaron en mis intereses, entre ensayo y novela. Observar el comportamiento humano es un deporte en sí mismo, y a veces más entretenido que cualquier serie de Netflix. Viajar también ha sido una de mis pasiones, porque pocas cosas enseñan tanto como salir de tu burbuja y descubrir cómo viven, piensan y sienten los demás.

Rasgo más sobresaliente de tu personalidad:

Si tuviera que definirme en pocas palabras, diría que soy curiosidad en movimiento. Observo, analizo, me sorprendo y, sobre todo, me reinvento constantemente. No me conformo con entender el mundo desde una sola perspectiva, ni siquiera la mía propia, porque sé que estoy en permanente evolución.

Por eso, la mejor manera de describir mi personalidad es con esta frase:

«Si usted me conoce basado en lo que yo era hace un año, usted ya no me conoce. Mi evolución es constante. Permítame presentarme de nuevo».

Cuéntanos por qué decidiste ser escritor:

Escribir era y es algo que llevo dentro, como si viniera de serie. No sé exactamente cuándo empezó, pero un día me di cuenta de que las palabras tenían una especie de magia: podían conectar a las personas, hacer que sintieran algo, que se vieran reflejadas en historias que, de alguna manera, también eran suyas.

Esa es mi mayor motivación: escribir para conectar. Para que alguien, en algún momento, lea algo mío y piense: «Ey, yo también he sentido eso». Y cuando veo que sucede, cuando noto que mis palabras despiertan algo en el otro… me entra una vergüenza terrible. No sé cómo gestionarlo. Supongo que es como contar un secreto en voz alta y darte cuenta de que alguien lo ha escuchado.

Pero ahí sigo, escribiendo, porque al final no se trata de mí, sino de ese puente invisible que se crea entre lo que siento, lo que escribo y lo que otra persona siente al leerlo. Y esa conexión, por mucha vergüenza que me dé, siempre vale la pena.

Autores preferidos y por qué:

Elegir autores favoritos es casi imposible, como si me pidieran escoger entre respirar o dormir. Pero si hay algo que tienen en común los que más me han marcado, es que al leerlos me han despertado algo, me han sacudido por dentro o me han mostrado una manera distinta de ver el mundo.

Bukowski, con su crudeza y su manera de escupir la realidad sin filtros, me enseñó que la literatura también puede ser sucia, directa y brutalmente honesta. Hemingway, con su estilo seco y su filosofía de «mostrar sin explicar», me hizo entender que a veces lo que no se dice pesa más que lo que se dice. García Márquez me llevó por caminos mágicos donde la realidad se mezcla con lo imposible sin que nadie pestañee, y Cela me enseñó la belleza de la sordidez, de lo cotidiano, de la España más descarnada.

Salinger, con su Holden Caulfield eterno, me recordó que todos hemos sido jóvenes, inconformes y un poco perdidos. Y luego están esos otros, los que no nombro ahora pero que en algún momento me sacudieron el alma, los que me hicieron cerrar un libro y quedarme en silencio, sintiendo que algo en mí había cambiado sin remedio.

Así que sí, elegir es difícil. Pero al final, mis autores favoritos son esos: los que me han hecho ver el mundo de otra manera, aunque solo haya sido por unas páginas.

Tu obra favorita de otro autor:

El amor en los tiempos del cólera de Gabriel García Márquez

Es un libro que me hizo sentir, pensar y, sobre todo, ver el amor de otra manera: no como un cuento perfecto, sino como algo que se construye con el tiempo, que duele, que desespera, pero que también redime. Es una historia de perseverancia, de locura, de cartas escritas con el alma y de barcos que navegan ríos infestados de recuerdos.

Tu obra favorita de las que has escrito:

Todas forman parte de mí. Cada uno de los 17 poemas de mi primer poemario, los 20 que vendrán en el segundo y la novela que estoy escribiendo, París es siempre una buena idea, llevan algo de mí dentro.

Son pedazos de lo que he sido, de lo que he sentido, de lo que he entendido (o intentado entender). No puedo renunciar a ellos, porque renunciar a mis palabras sería renunciar a todo lo que soy. Así que mi obra favorita es… todas. Porque, al final, cada una me ha construido un poco más.

Tu estilo literario:

El estilo no es algo fijo, es más bien un ser vivo que crece, cambia y se adapta con el tiempo. Escribo diferente hoy de lo que escribía hace un año, y seguramente dentro de otro año mis palabras habrán tomado otro rumbo. Pero si algo tengo claro es que mi poesía es como el perfume: hay versos ligeros, otros densos, algunos sutiles y otros crudos, como la vida misma.

En la narrativa, en cambio, siempre me muevo en un estilo intimista. Me interesa que el lector no solo lea, sino que sienta. Que conecte con los personajes, con sus emociones, con esas pequeñas cosas que los hacen humanos. Porque, al final, la literatura es eso: lograr que alguien, en algún rincón del mundo, se vea reflejado en lo que escribes y sepa que no está solo.

Una cita de un autor que te guste:

Sé tu mismo , todos los demás ya están ocupados ( Oscar Wilde)

Obra en la que te encuentras trabajando en la actualidad: Si es el caso.

Mi primera Novela «París es siempre una buena idea».

Mario y Margot llevan demasiado tiempo huyendo, de sus propias vidas, de lo que fueron, de lo que aún podrían ser. Cuando el destino los reúne en París, la ciudad se convierte en su refugio y, al mismo tiempo, en un espejo implacable. Durante siete días, entre calles empedradas, cafés con aroma a despedida y noches que parecen promesas rotas, cada uno se verá obligado a enfrentarse a sus miedos, a las heridas que han aprendido a ignorar y a las verdades que han evitado mirar de frente.

Algo sobre tu manera de entender este mundo: Ahora te toca filosofar un poco.

Mi  manera de entender el mundo se basa en la filosofía de la conciencia y el autoconocimiento, donde el individuo, al asumir la responsabilidad personal de su propio crecimiento, contribuye al bienestar y evolución de la sociedad.

Como dijo Sócrates: «Conócete a ti mismo», enfatizando que la sabiduría y el progreso comienzan con la introspección. También, Gandhi expresó una idea similar: «Sé el cambio que quieres ver en el mundo».

Tus proyectos inmediatos: Tanto en lo literario como en lo personal.

Terminar la novela, comenzar con el nuevo poemario y seguir disfrutando de la vida , sus pequeños momentos .

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