Creció en San Lorenzo de El Escorial. Desde niño fascinado por el cine y los libros, se ensayó pronto en la poesía, interesado por la belleza y la capacidad sugestiva de la palabra. En su juventud cultivó con fruición el cuento, buscando estructuras creativas para historias a menudo fatalistas y románticas. La muerte de la tenista ha sido su primera novela en publicarse. Actualmente está terminando su segundo gran proyecto, la ficción titulada Los cuadernos de K

Donde resides, tu edad, tu estado civil:

Vivo en el centro de Madrid, en el barrio de Malasaña, desde hace más de diez años. Con el comienzo del año cumplí los 44. A este respecto soy capricornio, para quien signifique algo el horóscopo.

Reseña biográfica informal:

Nací en Madrid, pero viví mi infancia en un barrio residencial parecido al que recreo al principio de La muerte de la tenista. A punto de entrar en la adolescencia, mi madre, que siempre tomó las decisiones creativas de la familia, decidió complicarnos a todos un poco la vida mudándonos a San Lorenzo de El Escorial, en la Sierra de Guadarrama. Fue un acierto, porque nos permitió a mis dos hermanos y a mí una vida más libre, y en contacto con la naturaleza. Allí hice esas pocas amistades que se enumeran con una mano, y que conservo y estimo muchísimo.

Fui, desde muy pronto, un pésimo estudiante, y un insaciable curioso; los estudios sirvieron para ofrecerme señuelos que me alejaban de ellos. Grababa películas de noche y las veía cuando podía; leía a escondidas, por debajo de los apuntes de clase, atento a la puerta. Ponía excusas a los amigos para estar solo, y a mis padres para escapar con los amigos.

Fui un adolescente polemista y discutón, enemigo de convenciones, pero fatalmente tímido. De joven hice más de una tontería, como emanciparme frustradamente, lejos. De esa guardo un buen recuerdo.

Aficiones:

Actualmente vivo tranquilo. Apenas salgo de noche, hago un poco de todo, y lo único excesivo que hago es madrugar mucho y acostarme pronto. Me gustan los deportes, y se me dan muy bien; a veces salgo a correr o a montar en bici, a escalar con un rocódromo (sobre todo con un buen amigo), y juego al tenis unas tres veces al mes, sobre todo con mi hermano al que adoro. Me gusta pasear por Madrid, más solo que acompañado, aunque también necesito una buena charla de vez en cuando. Y sobre todo me gusta leer, en busca de buenos libros.

Rasgo más sobresaliente de tu personalidad:

Tengo una personalidad, supongo, ingrata. Soy educado y suave al trato; me encariño indistintamente de la gente, disfrutando mucho de ese artefacto vivaz y un poco triste, lleno de manías y trucos en que la vida nos convierte a todos. Pero no hay compañía que desee por más de un par de horas, y pronto me agobia el no encontrar cómo justificar una despedida para volver a estar solo.

Cuéntanos por qué decidiste ser escritor/a:

En los libros, desde siempre, encontré personas. Creo que es lo mejor que tienen. Los libros que empiezan a ser buenos son el mundo soñado de un individuo. Todo en ellos funciona con una lógica única, que es la expresión de un deseo de belleza que el autor atesora en su mente y en su pecho, formado con sus recuerdos, esperanzas y miedos. Leer es entrar en esa quimera estética que el autor lleva dentro, y, una persona interesante, que es lo más interesante que se puede encontrar, no puede entregarse de forma más perfecta que a través de una obra de arte.

 Simplemente, en un punto, sentí curiosidad por saber si sería capaz de crear uno de esos artefactos, con total honestidad, y con lo mejor de mi mismo. Me pareció tan hermoso permanecer encima de una idea, moldearla al calor de la emoción, a través de los railes de la trama y los personajes, a lo largo de escenas, hasta tenerla fuera, que se convirtió en un objetivo vital.

Hoy es a la vez un pasatiempo, y mucho más que eso. Escribir es una actividad secundaria, que toma el tiempo que mi trabajo me permite, pero al que sacrifico vacaciones y tiempo libre, alimentándolo de visitas, personas, viajes, experiencias…

Autores preferidos y por qué:

Hay autores que me fascinaron y hoy me interesan poco, y otros que valoro más y antes no comprendía. Permanecen fórmulas equilibradas, y tan variadas como como Juan Carlos Onetti, Gustav Flaubert, Graham Greene, Anthony Burgess, Knut Hamsun o Yasunari Kawabata. Son autores a los que considero viejos amigos, lúcidos, sensibles y concisos. Me encanta cómo cuentan, y me interesa siempre lo que cuentan. Así de sencillo.

Entre tanto, de vez en cuando encuentro novelas que me gustan un montón.

Tu obra favorita de otro autor:

El gran Gatsby de Scott Fitzgerald, El idiota de Dostoievski o Madame Bovary de Flaubert, son novelas que he leído varias veces y me encantan. También Las partículas elementales, de Michel Houellebecq, más reciente.

Tu obra favorita de las que has escrito:

Tengo mucho cariño a las dos novelas terminadas que tengo, La muerte de la tenista y Los cuadernos de K.; las escribí con el cerebro y el corazón, y son quizá el testimonio más sincero que puedo dar de mí. También estoy muy ilusionado con el proyecto que tengo en marcha, cuyo título me reservo.

Tu estilo literario:

Todo lo que escribo tiene una capa policiaca, o de thriller. Me resulta imposible plantear ninguna historia que no contenga un misterio a través del cuál avancemos el lector, los personajes, y yo. También camino motivado por estructuras creativas, que nos supongan a todos y pequeño reto. ¿Si no?

Una cita de un autor que te guste:

Me resulta inolvidable la primera línea de las Elegías de Duino de Rilke: “¿Quién me oiría, si gritase yo, desde la esfera de los ángeles?”. Es exagerada y cursi, pero es una imagen que arrolla la realidad y la lógica, demostrando el poder de la palabra, y acceder a ese hecho a través de ella, fue un descubrimiento que no olvidaré nunca.

Obra en la que te encuentras trabajando en la actualidad:

Actualmente llevo escritas un poco más de 100 hojas del borrador de la novela en la que estoy trabajando. Me encantan la historia y los personajes, y creo que, si la saco con cuidado, será mi mejor obra.

Algo sobre tu manera de entender este mundo:

Veo que cualquier decisión, por pequeña que sea, que tomo sobre mi vida, tiene un efecto inconmensurablemente mayor que la construcción o la defensa de cualquier ideología, religión, colectivo o modo de vida. Huyo de causas compartidas más allá de ser educado, comprensivo, e incluso casi cariñoso con la gente con la que me encuentro en mi paso por el mundo.

Tus proyectos inmediatos:

Me encanta mi trabajo, que es ser maestro, aunque sería un sueño poder dedicar todo mi tiempo a construir historias. En cualquier caso, hay cinco o siete ideas que me gustan, y confío en poder sacar con el tiempo.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies